La hipoacusia se puede clasificar en distintos niveles de acuerdo a los grados de la pérdida de capacidad auditiva determinada en decibeles (dB). En esto encontramos:
- La hipoacusia Leve: Es la pérdida auditiva que va entre 21 a 40 dB. Se presenta dificultad para detectar sonido suaves o lejanos, además se dificulta la comprensión en situaciones de mucho ruido ambiental.
- Hipoacusia moderada: Se encuentra desde los 41 a 70 dB, por ende, el mantener una conversación estable se ve altamente perjudicado ya que coincide con la intensidad del habla.
- Hipoacusia Severa: Los umbrales auditivos se encuentran entre 71 a 90 dB. Quien presenta este grado de pérdida auditiva, el uso de audífonos es indispensable, además requiere del apoyo de la lectura labial para comunicarse.
- Hipoacusia profunda: Es aquella pérdida auditiva superior a los 91 dB. Más que “oír” son las vibraciones sonoras las que general el estímulo, es decir, se pierde por completo la audición y solo responde a grandes estímulos. Las entradas visuales son preferentes en las comunicaciones más el apoyo de un audífono. Si la pérdida auditiva es avanzada y el audífono no es suficiente para la detección de sonido, se puede considerar la opción de un implante coclear.
- Cofosis: Es la pérdida auditiva total, no se percibe nada.